Una gran crisis aguarda al pueblo de Dios. Una crisis aguarda al
mundo. La lucha más portentosa de todas las edades está por
producirse... Ha llegado a ser de interés e importancia nacional la
cuestión de imponer la observancia del domingo.*
Bien sabemos cuál será el resultado de este movimiento. ¿Estamos listos
para la crisis? ¿Hemos cumplido fielmente el deber que Dios nos ha
confiado, de advertir al pueblo acerca del peligro que le espera? ...
Son muchos los que nunca han comprendido las obligaciones que
impone el día de reposo bíblico ni el fundamento falso sobre el cual
descansa la institución del domingo. Cualquier movimiento en favor de la
legislación religiosa, es realmente una concesión al papado, que
durante tantos siglos ha guerreado constantemente contra la libertad de
conciencia. La observancia del domingo debe su existencia como supuesta
institución cristiana al “misterio de iniquidad”; y su imposición será
un reconocimiento virtual de los principios que constituyen la misma
piedra angular del romanismo. Cuando nuestra nación abjure de tal manera
de los principios de su gobierno que promulgue una ley dominical, en
este acto el protestantismo dará la mano al papismo; y con ello
recobrará vida la tiranía que durante largo tiempo ha estado aguardando
ávidamente su oportunidad de resurgir en activo despotismo...
Si por la legislación el papismo y sus principios vuelven a tener
poder, se volverán a encender los fuegos de la persecución contra
aquellos que no sacrifiquen su conciencia y la verdad en deferencia a
los errores populares. Este mal está a punto de producirse.
Cuando Dios nos ha dado una luz que revela los peligros que nos
esperan, ¿cómo podemos ser inocentes a sus ojos si no hacemos todo
esfuerzo posible para presentarla a la gente? ¿Podemos permitir que
arrostre sin advertencia esta tremenda crisis? ...
Cuando las leyes de los gobernantes terrenales se opongan a las
leyes del Gobernante supremo del universo, entonces le serán fieles los
que son leales súbditos de Dios.
Maranatha, Ellen G. White
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